La apropiación de la política por parte del pueblo es un logro del actual proceso de transformaciones que vive Venezuela. Sin embargo, ese importante hecho es invisible para los medios de comunicación de masas tradicionales, los cuales se distinguen por dos rasgos fundamentales: “El secuestro de la realidad y el carácter antidemocrático”.

Así se desprende de la ponencia  “Guerra mediática contra la Revolución Bolivariana en la actual coyuntura política”, que el comunicador y analista político Alberto Aranguibel presentó en el salón Manuel Egaña del Banco Central de Venezuela, este jueves 17 de enero de 2013, durante su intervención en la octava jornada del ciclo de Foros Bicentenario que organiza el instituto emisor.

El BCV inició en febrero de 2012 la celebración de estos eventos como un espacio para promover la participación, el análisis, la reflexión y el debate de temas económicos y sociales, asociados a la actualidad y al desarrollo integral de los venezolanos.

En jornadas anteriores se han analizado temas como la Ley del Trabajo, la nueva arquitectura financiera regional, el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur, el oro como palanca de desarrollo y la política económica neoliberal, entre otros.

El expositor  aseguró: “La mayoría de las personas puede elegir o decidir cuál es el gobierno que quiere. Sin embargo, los medios de comunicación no son electos por los pueblos, mucho menos trabajan para ellos, sino para otros intereses, de ahí su carácter antidemocrático”.

Aranguibel planteó el diseño de un nuevo modelo de comunicación para la sociedad socialista, en el que “la utilización de la poderosa herramienta comunicacional esté al servicio de la formación y que convierta al medio en un sistema solidario, participativo y, por supuesto, humanista, con un profundo contenido cultural”.

Citó al filósofo el mexicano Fernando Buen Abad, al decir: “Tenemos que aprender a construir una nueva semántica, una nueva demografía y una nueva semiótica”.

Aranguibel culminó su ponencia asegurando que la transformación del modelo comunicacional responde a una nueva realidad social y política, donde se ve implicada la responsabilidad socialista, con nuevos recursos y nuevos parámetros, que representen la identidad nacional. Resumió su planteamiento en la siguiente frase: “El medio debe servir a todos, no servirse de todos”.