De acuerdo con resultados preliminares, se observó un cambio en la tendencia del ritmo de comportamiento de la actividad económica durante el primer trimestre del presente año, al registrarse una caída de 4,2% en el Producto Interno Bruto (PIB), con respecto al mismo período del año anterior.
La disminución en la actividad económica se deriva, principalmente, de un descenso en la producción del sector petrolero (-7,6 %), así como de una reducción de la producción del sector no petrolero (-2,6 %). Desde el punto de vista institucional, el sector público registró una contracción en su actividad de 5,9%, mientras que la del sector privado fue de 3,2%.
La disminución de la producción del sector petrolero en este período, se explica por un descenso en el volumen de colocación de crudos, refinados y orimulsión en el exterior (-11,2%, -14,4 y -7,5%, respectivamente), en relación con el mismo lapso del año anterior. El resultado de las exportaciones de crudo se originó, fundamentalmente, por el mantenimiento de los acuerdos de reducción estratégica de la producción suscritos por Venezuela y otros países productores, con el objeto de recuperar los precios en el mercado internacional, por la reducción de la demanda de combustible por parte de los países consumidores como consecuencia de la recesión económica mundial, a pesar de la leve recuperación de la economía de los países industrializados observada a finales del trimestre, así como por lo benigno del invierno, que no originó incrementos importantes en la demanda de energía.
En el análisis de las actividades que conforman el sector no petrolero es de destacar los aportes positivos de las actividades Electricidad (2,6%) y Comunicaciones (6,2%) que, no obstante su crecimiento, no lograron neutralizar las disminuciones que afectaron a la Construcción (9,2%), Manufactura (6,3%), y Comercio (5,7%).
La disminución de la actividad construcción es consecuencia fundamentalmente de la desaceleración de la inversión del sector público en las áreas petrolera, vialidad y vivienda de interés social. Por su parte, la construcción demandada y realizada por el sector privado se contrajo en 15,3%, como resultado del descenso en la actividad económica en general que mermó la demanda de construcciones comerciales e industriales, así como por el incremento de las tasas de interés activas que incidió en la disminución de la demanda de viviendas.
Los servicios de comercialización se contraen, principalmente, por los menores gastos de consumo final efectuados por los hogares. La industria manufacturera, por su parte, muestra una disminución de la producción en las ramas de actividad que la integran, a excepción de la industria de productos metálicos. La actividad minera presenta un descenso debido a la disminución experimentada por la producción de bauxita (-28,5%) y hierro (-21,7%), que fue en parte compensada por los ligeros incrementos observados en la producción de carbón y oro.
Por el lado del gasto, es menester señalar el descenso observado tanto en la demanda interna (-3,7%) como externa (-7,5%). El comportamiento de la demanda interna es el resultado de la caída registrada en los gastos de inversión en construcción, maquinarias y equipo de transporte efectuados por los sectores público y privado (-9,0%), en los gastos de consumo final del sector privado (-3,2%) y en los gastos de consumo final del gobierno (-1,3 %).
