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El Banco Central bautiza el libro Temas de política cambiaria en Venezuela

Fecha: 
Miércoles, 4 Mayo 2005

Desde el control de cambios impuesto a finales de 1960 hasta la creación de la Comisión de Administración de Divisas en febrero de 2003, Venezuela ha experimentado con variados esquemas cambiarios que en todas las épocas han generado una viva discusión sobre qué es lo más conveniente para el país en esta materia y, en realidad, el debate remonta sus inicios a la década de los años 20 del siglo pasado, cuando el petróleo dejó patente la incidencia protagónica que tendría en la economía nacional.

Temas de política cambiaria, editado por el Banco Central de Venezuela en su colección Economía y Finanzas, y que fue bautizado este viernes 12 de noviembre en la Librería del BCV en Caracas, es un libro que propone una nueva visita a tan movedizo terreno. Compilado por los economistas José Guerra y Julio Pineda, ambos investigadores del emisor y profesores de la Universidad Central de Venezuela, el ejemplar recoge inicialmente, desde una perspectiva histórica-económica, el surgimiento del debate sobre política cambiaria en un país que, a mediados de los años 20, enfrenta el dilema de su economía dual: tiene un sector altamente productivo vinculado a la economía internacional (el petróleo) y otro con tendencia al estancamiento (la agricultura).

Este trabajo, firmado por Guerra, y otro de su colega del BCV Reinier Schleisser cierran la primera parte del libro. Schleisser sostiene que, antes que un tipo de cambio fijo irreversible (dolarización) o flexible, la opción más interesante para Venezuela sería un régimen cambiario contingente, en el cual el ajuste de la paridad se haría en correspondencia con las variaciones del precio del petróleo: "Fijar el tipo de cambio respecto a un producto primario no es una idea nueva, es precisamente el mismo concepto detrás del patrón oro, con la diferencia que en el caso de la regla aquí descrita la selección del producto primario referente atiende a la estructura del sector externo de la economía, considerando el producto primario que introduce mayores shocks a la economía".

En la segunda parte de Temas de política cambiaria Guerra y Pineda muestran la relación entre la política macroeconómica y los diferentes esquemas cambiarios adoptados en el país; concluyen que "la escogencia del régimen cambiario más apropiado para una economía es una asignación de por sí difícil. La complejidad aumenta al considerar los rasgos particulares de una economía petrolera como la venezolana, donde los cambios de signo en los términos de intercambio siempre están en la agenda de la política económica". "La presión cambiaria en Venezuela", de Pineda, e "Inconsistencia fiscal y shock petrolero: el caso de la regla cambiaria", de Harold Zavarce, también del equipo de estudios del emisor, completan este capítulo. Finalmente, un ensayo de Rafael Romeu Barreiro, economista del Fondo Monetario Internacional, sobre la "Microestructura del mercado cambiario en Venezuela" conforma el tercer y último aparte del libro.

De manera general, los compiladores concluyen que lo ocurrido en Venezuela en materia cambiaria deja dos lecciones. Primera, que "los esquemas de fijación convencional como herramienta antiinflacionaria (…) no son sostenibles a menos que exista un compromiso fiscal que equilibre intertemporalmente las cuentas públicas. Segunda, los esquemas de control de cambios, aplicados en situaciones de emergencia para contener salidas de capital y depreciación del tipo de cambio, lejos de contribuir a la solución del problema que pretendieron resolver lo pospone, en razón de que no atacan las causas últimas que motivaron la caída de la demanda por activos internos".