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Una economía no capitalista requiere de un Estado al servicio de los trabajadores

Fecha: 
Viernes, 11 Diciembre 2009

José Valenzuela Feijó en Jornadas de Economía Política del BCV

La construcción de una economía de inspiración socialista pasa por un proceso de profundas transformaciones sociales, donde la figura del Estado esté al servicio de la clase obrera y no de los grupos económicos dominantes.

“El aparato estatal tiene que dejar de ser un instrumento de represión al servicio de las clases dominantes y transformarse en un Estado de nuevo tipo, que represente los intereses de los trabajadores. Hay que construir un nuevo tipo de Estado, donde los dirigentes políticos tienen que mandar obedeciendo a los de abajo”.

El planteamiento corresponde al profesor universitario y doctor en Economía, José Valenzuela Feijó, quien asistió como ponente al segundo ciclo de las jornadas permanentes de Economía Política Latinoamericana, organizadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) con el apoyo de la Universidad Bolivariana de Venezuela y la Universidad Latinoamericana y del Caribe.      

Desde la óptica de Valenzuela, la nueva economía no capitalista implica un cambio radical en las relaciones de propiedad; esto es, que los trabajadores empiecen a asumir la responsabilidad de dirigir la generación y distribución de bienes y reemplacen a los empresarios capitalistas en sus tareas de dirección y gestión de los procesos económicos.

“Esa es la gran utopía del siglo XX, del siglo XXI y del siglo XXII. Es el sueño que nos debería movilizar, pero también, como toda gran utopía, tiene dos ingredientes: es una posibilidad real, pero no se logra de la noche a la mañana y con un salto mágico. Luchar por la libertad del ser humano y por su felicidad es la cosa más maravillosa”. 

Evitar viejos errores
Para Valenzuela es vital que no se repitan los errores de las pasadas experiencias socialistas. “El socialismo se nos fue derrumbando, se fue descomponiendo, y la parte básica de esa descomposición apunta a lo siguiente: que los dirigentes de la clase obrera empezaron a burocratizarse y terminaron transformándose en una nueva clase. Cuando eso le pasa al socialismo, deja de ser tal y vuelve a ser orden capitalista”.

Asimismo, sostuvo que aún no existen condiciones para que esa economía no capitalista se extienda por toda América Latina. “Es de esperar que exista una coexistencia entre países de matriz capitalista, pero enfrascados en una mejor distribución del ingreso, países orientados al socialismo y países que seguirán siendo neoliberales”.

En su opinión, el compromiso principal es pensar con cabeza propia y con la mayor objetividad posible lo que hay que hacer en América Latina. “Hay que atreverse a pensar de nuevas maneras; si no lo hacemos, mucho menos nos vamos a atrever a concretar los cambios que nuestras poblaciones exigen”.